Año nuevo, hábitos viejos

Estamos empezando un nuevo año. Hace apenas unos días que hemos puesto el contador a 0 en todos los KPI´s de la empresa y nos disponemos a dar los pasos en esta nueva aventura que es 2024.

La mayoría de nosotros ya está mirando hacia adelante, hacia los próximos meses o incluso años, pero es imprescindible para hacer una parada en el camino y hacer balance de lo acontecido antes que volvamos a empezar en la vorágine del día a día de nuestras actividades.

Hemos llegado hasta aquí, eso está claro, pero seguramente consumiendo o haciendo consumir una cantidad de energía ingente a las personas de nuestro alrededor. Sin duda siempre habrá maneras más sencillas o más directas de hacer las cosas, pero si nos detenemos brevemente a pensar y a adaptarlas a nuestra realidad se quedarán en el mundo de los posibles y no en el de los reales.

Es por ello que como propósito del nuevo año debemos fijar al menos el objetivo del cambio de un hábito, uno que nos permita acercarnos a aquello que nos parece imposible poder cumplir: vivir más en el aquí y ahora, andar por la vida vestido con una sonrisa, mayor empatía con los que están a nuestro alrededor entre otros.

Es posible que creamos que los tres ejemplos anteriores no tienen ningún impacto en los KPI´s de un negocio o en la cuenta de resultados, pero yo, después de unos cuantos años ya en el mundo empresarial, soy cada vez más consciente que son las pequeñas cosas que van a desequilibrar la balanza de las organizaciones y con ello permitir el crecimiento personal de todos los que las conforman.

Estamos empezando un nuevo año. Vamos a dar ese pequeño cambio que haga que todo cambie.

Por delante de la jugada

Una de las características más importantes de cualquier gestor, de cualquier líder es su capacidad de anticiparse a las situaciones. El día a día de nuestras organizaciones nos lleva muchas veces a estar inmersos en el aquí y ahora, lo que supone una sensación de vivir desbordado.

Estar por delante de la jugada, poder planificar la jugada a varios días, semanas o incluso meses no es solamente una virtud de aquellos con una capacidad especial, requiere de una excelente capacidad de gestión del tiempo. El tiempo es un elemento finito y está en nuestras manos poner el foco para intentar aprovecharlo en nuestro beneficio y no en nuestra contra. Para ir por delante de la jugada , para huir de la pura gestión del día a día, se requiere una rigurosidad en la gestión del tiempo y aprender a decir que no a todo aquello que no tenga ser hecho.

Es necesario ser exquisitos en la gestión de nuestro tiempo para poder pensar, para definir el camino que otros vayan a seguir o para preparar un plan B para poder abordar las posibles contingencias que nos vayamos encontrando. El éxito no consiste en ser un excelente improvisador de soluciones a tiempo real, el éxito consiste en trazar planes firmes y coherentes teniendo en cuenta todas las variables.

Siempre existe la alternativa de renunciar a intentar adelantarse a la jugada y dejarse llevar por la inmediatez del día a día y la improvisación. Desgraciadamente en la mayoría de los casos nos veremos arrollados por una avalancha, una marea que nos manejará a su antojo y será fuente de estrés y ansiedad. Más grave aún, gestionar en el momento no nos permite administrar nuestro tiempo y hace que las urgencias nos priven de estar tiempo con nuestros hijos, pareja, amigos…ya que las necesidades profesionales estarán robándole permanentemente tiempo a nuestras vidas personales. Adelantarse a la jugada en el campo profesional tiene un impacto directo en nuestra vida personal. Esta en nuestra mano mantener el equilibrio.

Quien se deja dominar por el tiempo vivirá la vida de un esclavo
John Arthorne

Puntos de inflexión en la vida

En la vida tomos constantemente decisiones, algunas con un impacto mínimo en nuestro destino y otras que por contra son trascendentes en nuestro futuro. Lo gracioso es que gran parte de lo que hace cambiar el rumbo de nuestra vida vienen a nosotros sin pedirlas, parece que están ahí listas para cuando nosotros estamos preparados.

A mi esa guía me ha venido en forma de profesores que me han animado a elevar mis aspiraciones, a compañeros de trabajo que me han abierto los ojos y explorar nuevos horizontes profesionales o de lecturas que me han impactado y han hecho que reorientara mi camino.

En este caso me gustaría hablar precisamente de un que cambio el rumbo que llevaba mi vida hasta ese momento. El libro en cuestión era el libro de SMED de Shigeo Shingo. Mi primer contacto con las metodologías de mejora y optimización de procesos que me cautivo e hizo que pivotara de mi sueño de ser ingeniero de diseño mecánico y diseñar máquinas o motores a enfocarme en el campo de la optimización de procesos empresariales que es donde sigo más de 25 años después.

Pienso que este libro me encontró a mi cuando estaba preparado para escuchar lo que me tenía que decir. Me siento en deuda con él y con todos aquellos que me fueron mis faros para ir produciendo los diferentes puntos de inflexión me han traído hasta donde estoy. Han sido muchas iteraciones y el camino no siempre ha sido sencillo, pero creo que ha valido la pena, siempre vale la pena si el camino se recorre con un propósito claro.

Esa deuda pendiente es lo que me acercó a la universidad hace algo más de un año para colaborar como docente. Aparte de mi vocación de compartir con los alumnos todo lo aprendido en mi carrera profesional, creo que un consejo, un punto de vista o la recomendación de alguna lectura pueden dar la luz que necesitan nuestros jóvenes cuando no tienen claro el rumbo al que orientaran su futuro.

En realidad no se si lo que hago tendrá algún impacto o no, ya que es posible que tenga que esperar 20 años para saber si algo de lo que hablamos sirvió para algo, pero eso no va a ser un impedimento para que siga sembrando. No debemos subestimar la capacidad de influencia que tenemos en otras personas para bien, por lo que no debemos escatimar ofrecer aquello que pueda dar guía a otros ya que podría ser el primer ladrillo que cree un punto de inflexión en sus vidas.